El día 29 de enero de 2009 11:17, Ana María
Castro
> <[email protected]> escribió:
Demonios en el Paraíso
Para que los que no me conozcan, me llamo Fernando Gamboa, y hace unos meses terminé una
nueva novela de aventuras titulada GUINEA que en este mes de Octubre saldrá a la venta
publicada por Ediciones El Andén.
El motivo de este mail, es mi deseo de compartir con la mayor cantidad de personas
posibles, y
no sólo con las que adquieran la novela, todo aquello que he averiguado en los meses de
investigación previos a la redacción del libro. Lo que a continuación detallo, aunque
pueda
parecer exagerado o tendencioso (cuando no simplemente increíble), es rigurosamente
cierto y
puede ser contrastado por las fuentes que cito.
A muy pocos les debe sonar un pequeño país llamado Guinea Ecuatorial, aún menos
sabrían
dónde situarlo en un mapa de África, y serán contados los que recuerden que, hasta hace
exactamente cuarenta años, los ecuatoguineanos eran tan ciudadanos españoles como un
alicantino o un gaditano.
Por entonces, Guinea Ecuatorial era una provincia más de España enclavada en la costa
Africana del Golfo de Guinea; 'La perla de África' la llamaban.
Hoy, cuatro decenios después de su independencia, bajo el yugo dictatorial de la familia
Obiang
Nguema y con el beneplácito de las grandes potencias cuyas empresas explotan sus campos
de
petróleo y expolian sus reservas madereras, Guinea Ecuatorial se ha convertido uno de los
países más subdesarrollados y corruptos del mundo, y el pueblo ecuatoguineano en uno de
los
más aterrorizados a manos de su propio gobierno.
El actual presidente de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang Nguema, quien lleva 29 largos
años
en el poder tras ejecutar al anterior presidente (su propio tío, otro asesino), ha
saqueado, robado
y asesinado sistemáticamente hasta extremos inconcebibles, amasando una fortuna que lo
convierte en uno de los hombres más ricos del planeta, en uno de los países más pobres
de
África. Aunque para ser exactos, no puede decirse que el país en sí sea pobre, pues
alberga una
de las mayores reservas petrolíferas del continente, cuyos beneficios de explotación
reportan al
régimen guineano miles de millones de euros. Lo que sucede, es que la familia Obiang se
queda
con ABSOLUTAMENTE TODO lo que pagan gobiernos y petroleras extranjeras
(norteamericanas y chinas sobre todo) por los derechos de extracción. Pero aunque parezca
mentira, la familia Obiang no se limita sólo a quedarse con esa ingente cantidad de
dinero, sino
que además se dedican a robar propiedades privadas (se han apoderado aproximadamente la
mitad de los terrenos edificables del país, y no han pagado un céntimo por ellos),
salarios
(muchos trabajadores han de pagar a la familia del presidente gran parte de lo que ganan)
o
negocios de los guineanos no afines al gobierno o a la familia Obiang (que al fin y al
cabo es lo
mismo), cuya ignominia llega al punto de despojar impune y caprichosamente a sus
empobrecidos compatriotas de cualquier bien que posean sin justificación alguna.
Teodoro Obiang y su clan gobiernan Guinea Ecuatorial como lo haría un esclavista con su
hacienda. Para ellos, los ciudadanos guineanos son esclavos a su disposición, y el país
una finca
privada que saquear sin tener que dar cuentas a nadie.
A pesar del río de dinero que fluye desde este desdichado rincón de África, sus
habitantes no
disponen de servicios sanitarios, educación, seguridad o justicia. Por ejemplo, ante
cualquier
emergencia médica el Hospital de Malabo es la única opción de asistencia, pero eso sí,
bajo
ciertas condiciones como: pagar la estancia y el tratamiento por adelantado, y además,
llevar
todo lo necesario para dicha estancia y tratamiento (y con todo, me refiero a TODO: desde
las
jeringas o medicamentos necesarios, al colchón, las sábanas o la comida). Sin ir más
lejos,
cuando hace unos años estuve en Guinea, para realizarle a mi pareja un análisis de
sangre el
método de extracción consistió en hacerle un corte en la mano con un trozo de cristal.
Pero, por inaceptable que resulte, esto es sólo el principio, y ni mucho menos la peor
parte.
Lo que convierte a Teodoro Obiang (conocido como 'El Jefe') y sus acólitos no sólo en
ladrones,
si no en peligrosos criminales, es la política de detenciones arbitrarias,
encarcelamientos
injustificados, torturas y asesinatos cometidos contra sus propios ciudadanos. Se calcula
que
durante su mandato, el actual gobierno guineano ha exterminado a nada menos que el 10% de
la
población del país, y una cantidad indeterminada ha desaparecido o se encuentra
encarcelada
ilegalmente y sin juicio previo.
Según el último informe de Amnistía Internacional, los detenidos por la policía y el
ejército son
torturados sistemáticamente con métodos tan brutales como mutilaciones, rotura de
huesos,
violaciones, descargas eléctricas en los genitales o, atención: clavar tenedores en la
vagina de
las detenidas...
Y para quien guste de datos e imparciales estadísticas, ahí van unas cuantas.
- Guinea Ecuatorial produce 400.000 barriles diarios de petróleo
- Exporta casi 1.000.000 de metros cúbicos de madera tropical al año.
- Su Renta per Cápita la sitúa en el número 38 del ranking mundial (por encima de
Kuwait o
Arabia Saudita)
- En cambio, en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU ocupa el puesto 121.
- El 151 sobre 163 en corrupción, según Transparency International
- La esperanza de vida es de sólo 43,3 años, según Amnistía Internacional.
- La élite gobernante posee alrededor del 98% de la renta nacional
- El 80% de la población vive con menos de 20 euros al mes.
- El gobierno de Obiang ha convertido a Guinea Ecuatorial en el centro del tráfico de
drogas de
África Occidental.
- Teodoro Obiang ganó las últimas elecciones con un 99,5% de los votos. Los 13 partidos
políticos autorizados, estaban formados por miembros del gobierno.
- En una reciente visita a Estados Unidos, la
secretaria de estado Condoleezza Rice describió a Obiang como 'buen amigo'.
- En Julio de 2003, la radio estatal anunció que: 'El presidente es un dios que está en
contacto
permanente con el todopoderoso, y puede matar a cualquiera sin que nadie le pida cuentas y
sin
ir al infierno, porque es el Dios mismo'
Sobran comentarios.
Y lo que personalmente hace que esta vergüenza común me resulte aún más dolorosa, es
que el
pueblo guineano, uno de los más amables, hospitalarios y generosos que he conocido, haya
sido,
como cité al principio, parte integrante del estado español. La atropellada y negligente
descolonización de Guinea Ecuatorial por parte de España en 1968, es el origen de la
inadmisible
situación que ahora sufren los guineanos y a la que hoy asistimos con absoluta
indiferencia y
desafecto.
Pero hay que recordar que los ecuatoguineanos no sólo siguen hablando en castellano, sino
que
muchas de sus costumbres, celebraciones y tradiciones siguen siendo las mismas que las
nuestras. Sus hijos cantan las mismas canciones que cantan los nuestros en el colegio, sus
bromas son las mismas, hasta sus palabrotas son las mismas que las nuestras. Son, por
decirlo
así, unos primos cercanos de los que nos hemos olvidado totalmente, una parte de nuestra
familia de la que nos hemos desentendido, ajenos y a veces cómplices de un castigo que de
ningún modo merecen.
Porque probablemente, mientras lee este mensaje, una anciana agonizando de malaria pide un
médico que nunca llegará.
Un niño está preguntando dónde están sus padres desaparecidos.
Una mujer implora a Dios que la mate, mientras es violada y torturada salvajemente en una
comisaría.
Y cada día, Guinea Ecuatorial se hunde un poco más en las tinieblas.
Cada día, nuestra ignorancia nos hace más culpables.
Cada día cuenta.
Alguien dijo una vez que 'Lo único que necesita el mal para triunfar, es que los hombres
buenos
no hagan nada'.
Quizá este sea un buen momento, para averiguar qué tipo de hombres y mujeres somos en
realidad.
Y si te estás diciendo en este instante 'Pero bueno, ¿y yo que puedo hacer? Aquello
está muy
lejos'. Lo cierto es que, por desgracia, no vas mal encaminado.
Guinea Ecuatorial es víctima de la maldición del petróleo, y como puedes imaginar,
estados como
China, U.S.A. o Francia harán todo lo posible para mantener a Obiang en su poltrona y
así
garantizar un suministro fiable de crudo para sus compañías petroleras. Así que será
muy difícil
cambiar las cosas a corto plazo en la maltratada pero aún hermosa Guinea.
Y sin embargo, sí hay algo que podemos hacer por aquella gente: correr la voz.
Estos dictadores de opereta, sólo se mantienen gracias al desconocimiento que tiene el
resto del
mundo de las fechorías que cometen. Cuantos más de nosotros sepamos lo que sucede, y por
qué sucede, más probabilidades hay de que un día quizá no muy lejano, seamos
suficientes para
decir basta. Cuando políticos propios y ajenos sientan vergüenza de tratar con asesinos
como
Obiang, o descubran que darse abrazos con dictadores que no respetan los más elementales
derechos humanos tiene un costo político que sus votantes les van a hacer pagar, puede
que las
cosas cambien, y entre todos expulsemos de una vez por todas a esos demonios del paraíso
Pero esta carta es sólo el primer paso, ahora te toca a ti dar el siguiente ayudando a
que llegue a
la mayor cantidad posible de personas.
Si crees que esta lucha tiene sentido y deseas poner tu grano de arena, reenvía este
mensaje a
todos tus contactos.
Gracias por tu tiempo y tu ayuda.
FERNANDO GAMBOA
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